Hace unos días anunciamos que Sudán, el último macho blanco del norte, estaba en peligro de morir por complicaciones en su salud. Desafortunadamente el pasado lunes 19 murió y ahora sólo quedan dos hembras de la misma especie.
Desde hace unas semanas, este enorme animal de 45 años tenía complicaciones en los músculos y huesos debido a su edad, además de múltiples heridas en la piel, por lo que sus cuidadores decidieron practicarle la eutanasia.
Según los encargados del Centro de Conservación Ol Pejeta en Kenia, donde Sudán vivía, la condición del rinoceronte empeoró notoriamente en las últimas 24 horas: perdió la capacidad de levantarse y se encontraba con mucho dolor, por lo que tomaron la decisión de sacrificarlo.
Sin embargo, su material genético fue recolectado por expertos del Centro de Conservación Ol Pejeta con la esperanza de que pueda usarse en el futuro para lograr la reproducción de esta especie a través de tecnología celular.
La muerte de Sudán deja a solo dos rinocerontes hembra de esta especie: Najin y Fatu, quienes residen en Ol Pejeta. Ahora la única esperanza que queda para que la especie no se extinga es la fertilización in vitro con el material genético que se guardó de Sudán.
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